viernes, 15 de junio de 2007
LA HERMANA DE MOBY DICK
ROMA.- Los Inuit siempre lo dijeron y lo supieron: las ballenas viven el doble que los hombres. No eran, pues, los aborígenes de Alaska los que necesitaban la confirmación, sino el resto del mundo, los que utilizan tecnologías sofisticadas y el saber de la investigación para decir que sí, que ciertas ballenas viven mucho más que nosotros: un siglo y medio de media.
Para conquistar esta información, se han realizado toda una serie de pruebas objetivas. Por ejemplo, medir el ácido aspártico que contienen los dientes y el cristalino de las ballenas.
Pero hace unos días, los biólogos marinos recibieron, precisamente de los Inuit, una "ayudita" decisiva en sus estudios sobre la longevidad de estos mamíferos. Una ballena, encontrada por los aborígenes agonizante en sus costas de Alaska, llevaba atravesado en el cuello un arpón muy especial, porque en su punta explosiva tenía marcada la fecha de su fabricación.
El arpón procede del año 1880 y la ballena –de 15 metros de largo y 50 toneladas de peso- lo llevaba en su carne desde entonces y, por lo tanto, había sobrevivido al violento ataque del hombre durante más de un siglo, para morir más tarde (¿de vieja?).
El resto es un cálculo elemental, al menos según la explicación del biólogo Craig George: "Ese fragmento es la prueba científica de que la ballena tenía 130 años. Probablemente fue arponeada cuando tenía uno, no antes, porque los cazadores no están interesados en ejemplares más pequeños. El fragmento nos fue entregado por los Inuit".
Conocida la noticia, la asociación de ideas que provoca es la siguiente: Si este cetáceo nació en torno al 1880, podría ser coetáneo de Moby Dick, dado que el autor de la obra maestra de la narrativa americana murió en 1891.
De todas formas, parece que no fue este ejemplar el que inspiró el libro de Herman Melville, dado que “la ballena blanca” era un cachalote y el capitán Achab lo perseguía por los mares del Sur, a miles de kilómetros de distancia.
En cualquier caso, lo cierto es que hoy podemos decir, con los Inuit, que las ballenas viven más de un siglo. De hecho, el biólogo George presentó con anterioridad una investigación sobre la longevidad de las ballenas, en la que presentaba el caso de un ejemplar de 211 años, porque también ese mamífero había sido arponeado con un arpón con punta de piedra.
"La determinación de la edad se realiza sobre todo a través de la bioquímica. No se analizan sus dientes, sino el cristalino en el caso de la Baleana mysticetus, que no tiene dientes", explica Giuseppe Notarbartolo de Sciara, experto en la conservación de cetáceos.
En este caso, el fragmento de arpón encontrado es una ulterior confirmación. En los tiempos de Moby Dick se utilizaban arpones ‘normales’. Pero, a comienzos del siglo XIX, un noruego inventó el arpón granada, que era disparado con un cañoncito y, una vez que penetraba en la carne, explotaba. Se trata de un arma terrorífica. Pero es así como se siguen matando las ballenas todavía hoy.
Fuente: El Mundo
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